Si mi madre viviera, hoy (26 de julio) cumpliría 60 años. Una cifra redonda. A todos nos gustan las cifras redondas. Parece que son el principio de algo, o el fin de algo. He estado casi dos meses sin actualizar el blog porque este espacio tiene fondo de sacristía, pero también de sala de torturas. Cada vez que recordamos a alguien ausente, al mismo tiempo nos hacemos daño. Por eso he preferido espaciar los post de este blog, poner sólo algunas cosas de vez en cuando. Porque, además, soy un tipo que ahora ríe mucho; que ríe gracias a su hijo, que es el mejor de los regalos, y quiero seguir así, al fin y al cabo la vida es corta. Tengo presente a mi madre cada día; sin embargo, actualizar este blog a diario me hiere. En fin, hoy la felicito desde aquí y dejo algunas imágenes que tenía guardadas en el móvil. Yo aparezco en dos de ellas (pura casualidad).
Este blog es precioso, muy emotivo. Un gran homenaje. Os leo desde Barcelona y ahora tengo muchas ganas de conocer Zamora, recorrer los paisajes y la obra de Ana...Gracias a tus escritos me doy cuenta que a pesar de los pesares, de todas las pluralidades, éste país sigue valiendo la pena gracias a personas y mentalidades como vosotros.
ResponderEliminarGracias, Mònica.
ResponderEliminarAunque tengo el blog un poco abandonado. O quizá la palabra no sea "abandonado", sino en una pausa larga. Volveremos pronto :)
Llegué de casualidad a este blog y he leido lo que has escrito acerca de tu madre... y creo que me ha tocado más de la cuenta porque ver ese 1954 (tambien es mi año de nacimiento) me hizo pensar muchas realidades. Y mira como son las cosas, yo nací 24 días antes en la otra parte del mundo y creo como tu que la vida debe reírse y beberse como un sediento. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarY gracias por pasarte por este pequeño rincón :)
Un abrazo fuerte.