Se cumplen hoy 6 años de la muerte de mi madre. 2016 ha sido extraño porque fallecieron 3 estrellas de la música que ella tenía en un pedestal. Podría afirmar que, de los que estaban vivos en los últimos años, eran sus favoritos (junto a Slash, Lou Reed, Mick Jagger y Keith Richards). Prince, David Bowie y Leonard Cohen cumplían todos los requisitos: le gustaban como hombres, le gustaban como tipos raros y elegantes, le apasionaban las canciones de los 3. Purple Rain, I'm Your Man y The Rise and Fall of Ziggy Stardust fueron 3 de los discos (¡en vinilo!) que más me hizo pinchar en el bar que tuvimos, Pasarela. De estas desapariciones de 2016, creo que la que más me afectó emocionalmente fue la de Bowie porque sus canciones me llegan más que las de Prince, y lo de Cohen más o menos lo esperaba porque ya iba sonando por ahí que estaba enfermo y le quedaba poco. ¿Cuál de estas pérdidas le hubieran afectado más a mi madre, si las hubiera vivido? Supongo que la de Prince, que era el más joven (murió con 57 años, y mi madre lo hizo con 56). Estaba previsto que, en 2016, también se publicara en papel mi libro Ansiedad, la tercera parte de mi trilogía, donde escribo sobre ella, pero de momento sólo ha salido en digital. Por lo demás, he podido comprobar en estos años que a la gente le incomoda hablar de mi madre... Es como un tabú, algo que ya no sucede con otros familiares perdidos, como tíos o abuelos. Supongo que tendrán que pasar unos cuantos años más para estabilizar las cosas.
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