Dicen que para todo hay una primera vez. Y no siempre es placentera. Hoy será uno de esos días. Es mi cumpleaños y, por vez primera, no recibiré una llamada de mi madre para felicitarme. Hay que convivir con ello, no queda otra opción.
En la foto de arriba, un recuerdo agridulce: en la boda de uno de mis primos; como ella apenas podía mover el brazo derecho por culpa de la enfermedad y tenía que merendar, yo le sujetaba el yogur. Junto a nosotros, otro primo. Una tarde inolvidable.
En la foto de abajo, una realidad dulce: mi presente.
Feliz cumpleaños.
ResponderEliminarPrimero sin tu madre, primero con tu hijo.
La vida.
Muchas gracias, Ilona. Así es: la vida. Agridulce :)
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