Anoche fui al cine a ver George Harrison: Living in the Material World, el documental de 3 horas y 35 minutos que ha rodado Martin Scorsese. Durante la proyección, como es obvio, me acordé de mi madre: a ella le apasionaban The Beatles, y también Scorsese, y también Harrison en solitario. En algún momento del metraje reproducen la versión de este tema en el Concierto para Bangladesh, que a ella le entusiasmaba, y por ello la traigo hoy aquí.
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