sábado, 5 de marzo de 2011

Madre e hija


Todo el pasado de ella son tus manos:
treinta amorosos años al fondo de tus palmas.
La has velado a lo largo de la noche:
te tiendes en la cama junto a ella,
tu pecho cálido contra su espalda,
sus cansados cabellos en tu rostro.
La abrazas y le hablas en voz baja
y, mientras, la acaricias.
Son las últimas noches, y sientes el calor
de su cuerpo agotado que tú tan bien conoces.
Ahora aprenderás a cuidarla en la muerte.
Siempre ha sido una niña: debes velar su sueño,
que se va pareciendo, más y más,
a la profunda sombra de alegría
por donde se desliza entre tus manos.


Joan Margarit, Llegas tarde a tu tiempo. Poesía 1999-2002


[Nota: este poema de Joan Margarit lo colgué el otro día en mi blog. Aunque, en el poema, es la madre la que cuida a la hija enferma que luego muere (como así sucedió con la hija del poeta), una de las grandes virtudes de este texto es que se le puede dar la vuelta: puede leerse como si la hija cuidara a su madre, ya que en esos trances previos a la muerte suelen cambiarse los roles. Por eso lo pongo hoy aquí, y se lo dedico a mi hermana]

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