miércoles, 6 de abril de 2011

Retratos de José Angel Barrueco


El otro día estuve haciendo fotos a algunos de los cuadros. Muchos de los retratos son tan altos que no me cupieron en el objetivo. La pintura pierde pureza, detalle y realismo cuando la pasas a la cámara de fotos. Nunca es lo mismo. No por casualidad los cuadros de los museos valen un pastón y las postales que los reproducen te cuestan un euro. El retrato de arriba es el más antiguo de los dos que me hizo mi madre, y, además, mi favorito de ambos, en los que se me ve jovencito. El segundo medirá unos dos metros, aunque en la foto parezca más pequeño. Mi madre tenía cierta obsesión por dibujarme con unos ojos gigantes. Me dijo en alguna ocasión que no me pintaba como era, sino como ella me veía.

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