martes, 23 de octubre de 2012

Misterio



La fotografía de arriba fue tomada en Salamanca, durante el rodaje de 1492, la película de Ridley Scott sobre Cristobal Colón, a quien interpretó Gerard Depardieu.
Es una de las fotos que me han prestado para escanearlas y ampliar mis archivos y seguir enriqueciendo este blog. El fin de semana pasado ocurrieron dos cosas insólitas: 1) mi hijo y mi padre se conocieron (aunque yo no estuve presente), un paso que llevaba año y pico meditando y que me alegro de haber dado; y 2) una bolsa cargada de fotografías guardadas por mi padre llegó a mis manos. Y creo que hay un antes y un después de ese día, 20 de octubre. El primer aspecto es evidente. Pero quiero hablar del segundo: porque ver estas fotos ha supuesto para mí un punto de inflexión en la memoria. Me explico: casi todas las fotos que tengo en el disco duro, muchas de las cuales he ido subiendo aquí, muestran la parte más seria de mi madre, en especial los últimos años, años de apuros económicos, años de incertidumbre total y de ir de aquí para allá, cambiando a menudo de piso, afrontando momentos muy duros, hasta llegar a la enfermedad y sus declives. En cambio, todo este archivo que guardaba mi padre me muestra la mejor faceta de mi madre: años más jóvenes, cuando sonreía más a menudo, “postales” en las que sale a menudo haciendo payasadas o tonterías (ahora me doy cuenta de quién lo heredé)… en suma, haciendo un poco el gamberro. No es que yo hubiera olvidado todo aquello, los años de bonanza, por así decirlo, pero la memoria es selectiva y se estaba centrando con insistencia en la última década. Y no es conveniente. Este archivo de imágenes, de las que haré una selección para irlas poniendo por aquí, abre el retrato sobre mi madre. Lo amplía. Me cercioro, con esa vida feliz (o feliz a ratos) atrapada en las fotos, de que mi madre fue un misterio. Por eso he elegido la estampa de arriba, donde sólo muestra los ojos durante el rodaje de una película, en Salamanca. Espero que veáis a menudo, por aquí, su sonrisa.

2 comentarios:

  1. !Cómo me acuerdo de tu madre, de aquella época feliz en que ambas éramos muy jóvenes!
    Y, sí, tu madre sonreía.
    Un abrazo enorme
    Pilar Pino

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, Pilar. Otro abrazo para ti.

    ResponderEliminar