lunes, 24 de octubre de 2011

“El del barco” / “El de Lavapiés”


Hace un año, más o menos por estas fechas y cuando mi madre aún vivía, salieron dos proyectos que durante 2011 se han convertido en realidad: dos editoriales distintas habían aceptado mis nuevos libros, Asco y Vivir y morir en Lavapiés. Como abrasaba a mi madre hablándole de títulos de antologías y de libros propios, ella no se aprendía los títulos. Por eso se refería a Asco como “El del barco”. Y a Vivir y morir… como “El de Lavapiés”:
-Me van a publicar Asco.
-¿Y ése cuál es, el del barco o el de Lavapiés?
-El del barco.
Mi madre no sólo nunca vio estos libros publicados (Vivir y morir… ha salido hace un par de semanas de las imprentas), sino que tampoco pudo leerlos. Durante su enfermedad había abandonado el hábito de la lectura. Hasta entonces, ella solía leerse mis manuscritos inéditos, era una de mis lectoras fieles antes de la publicación, incluso antes de que cada libro encontrara hueco en una editorial.
En fin, no pudo ser. Ni pudo leerlos ni pudo verlos publicados. Eso podría quemarme, pero es secundario al lado de otro asunto que me atormenta más: tampoco vio nacer a mi hijo, ni supo que lo esperábamos.
Aquí están las cubiertas, madre: “El del barco” y “El de Lavapiés” llegaron a la meta.  


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